Hace cuatro meses abrió la primera tienda de productos de limpieza e higiene profesional Covid en Madrid. Un espacio encaminado a luchar contra la transmisión del coronavirus a través de la infinidad de productos que se encuentran aquí. Kemikal Profesional es el nombre del establecimiento y su director, Gabriel Fernández, echa la vista atrás y recuerda cuando se fabricaban productos similares. Tras 25 años dedicándose al sector hostelero y de químicos, se ha tenido que poner al día de nuevo sobre los mercados en España aunque en su trayectoria ha desarrollado experiencias en países como Estados Unidos, Inglaterra y Alemania.
Cuando comenzó la Covid, “no sabía cómo ayudar”, recuerda el director. La gente “utilizaba productos inadecuados, los geles hidroalcohólicos no se fabricaban ni tenían citas técnicas ni registros”, detalla. Fue en ese momento cuando se le ocurrió abrir la tienda pese a que en el extranjero ya lo habían hecho otras empresas.
El establecimiento se encuentra situado en la céntrica calle de San Bernardo. Y aunque aquí se pueden encontrar todo tipo de productos para protegerse del virus, lo cierto es que desde el principio se especializaron, según explica una de las trabajadores, “en químicos de limpieza. Son productos profesionales y concentrados y a nivel hogar y particular tiene mayor rendimiento”.
En el interior de la tienda se pueden diferenciar hasta tres gamas de productos. Desde una variada selección de productos de limpieza profesional para adaptar el negocio o el hogar a las medidas de higiene recomendadas -como la venta de mascarillas, desinfectantes e hidroalcohólicos potentes, dispensadores de geles, y alfombras de desinfección, entre otros productos-, hasta productos de limpieza profesional: limpiacristales, desinfectantes, ambientadores, lavavajillas, cubos, palos, fregonas, cepillos y bolsas de basura. También ofrecen una gama de químicos vegano -con certificación-: en este caso, los productos no han sido testados en animales y resultan respetuosos con la flora y la fauna: “El propio recipiente está reciclado y se vuelve a reutilizar. Intentamos que no sean corrosivos ni dañinos para el medio ambiente, animales y demás”.
El local se encuentra distribuido en dos plantas. Un espacio que se distribuye entre el almacén y la zona de formación en el sector alimentario en hostelería para tratar temas como el asesoramiento, planes de actuación y control de incidencias. Y la zona de venta de productos, entre los que pueden localizarse bactericidas, virucidas y fungicidas, muy demandados en el sector de la hostelería y en lugares con una carga vírica más elevada. Entre los artículos, no pasa desapercibido el secamanos en forma de bobina de papel que contiene un tratamiento antibacteriano: “Tras lavarte las manos y secarlas con un papel, la desinfección es mayor”. Tampoco faltan en sus estanterías, mascarillas KN95 y FFP2, con diferentes estampados y colores.
El asesoramiento a los clientes es una constante para el establecimiento: “Si nuestro cliente monta en un autobús le decimos que utilice bactericidas, si regenta un restaurante, le aconsejamos que disponga de un bactericida de alimentación”. Desea que cuando el cliente escoja un producto químico “conozca los beneficios e incovenientes”. De hecho, entre los compradores más habituales se encuentran locales dedicados a la hostelería, también industrias alimentarias, caterings o colegios. Y la gente joven ha comenzado a preocuparse más por este tipo de productos. Más complicado resulta el acercamiento al colectivo de mayores: “Cualquier novedad les resulta difícil. Lmpian y desinfectan más pero se centran mucho en la lejía -que no desinfecta más de un 24 por ciento- frente a un bactericida o un virucida que te desinfecta hasta un 99 por ciento”.