El sindicato CIG denunció ayer la bajada “espectacular” del presupuesto de la concesión del servicio de los hospitales de Pontevedra, el Provincial y Montecelo, que hoy abre los sobres el concurso. Según la central sindical, esta convocatoria fue boicoteada por las empresas especializadas en el sector, salvo una, precisamente al entender que la cantidad sobre la que saldría a licitación era muy reducida. Desde la CIG temen que se llegue a presentar una oferta “temeraria” a la baja o que se produzca una merma en la calidad del servicio.

La secretaria comarcal de CIG-Servizos de Pontevedra, Diana Rodríguez, acompañada de Xermán Rouco, también de la central sindical, y de miembros del comité de empresa Limpisa del servicio de limpieza de los hospitales, denunciaba el presupuesto del concurso que de las dos últimas convocatorias, en los años 2012 y 2014 se había rebajado en 446.000 euros. Se pasa así de 15.991.000 euros a 15.545.000, para dos años prolongables a otros dos, unos precios sin IVA por lo que también aumentará la diferencia tras la subida impositiva.

Se trata de una convocatoria, según la central nacionalista, que fue boicoteada por las empresas de limpieza al entender que el presupuesto previsto por el Sergas era muy reducido. “Fue para ver si el Sergas recapacitaba y volvía a sacar el concurso con un presupuesto mayor que permita, por lo menos, cubrir los sueldos de los 132 trabajadores de los dos hospitales”, explicó Rodríguez.

A pesar de ello, una única empresa, Seralia, con sede en Valladolid sí se presentó una oferta y los representantes de los trabajadores temen que llegue a ser “temeraria” a la baja, lo que significa una rebaja del 10% sobre el presupuesto, una situación sobre la que la CIG se mostraba “vigilante”.

Las cuentas no le salen al sindicato nacionalista que estiman que el salario de las 132 trabajadores ronda los 4 millones de euros anuales, una cantidad que con el presupuesto presentado por el Sergas no llegaría a cubrirse ni esa cantidad correspondiente al coste de las plantillas, desconociendo como la nueva concesionaria podría hacer frente al material, suministros y cobertura de bajas o de vacaciones.

Ante esta situación, desde la CIG denuncian que los recortes en el servicio se traducirán en una merma de la calidad asistencial, perjudicando la situación de los propios trabajadores pero también de los pacientes. “No estamos hablando de la limpieza de talleres u oficinas, sino de hospitales, de salas de cirugía… que se tiene que seguir un protocolo”, señalaba Rouco, que ve un importante riesgo de que se produzcan “infecciones”. Precisamente desde la CIG apuntaban a estudios realizados en Reino Unido en durante los recortes en limpieza en hospitales en la década de los 80 en los que elevó del 30 al 50% el riesgo de sufrir infecciones por parte de los pacientes.

También se mostraban alerta sobre este proceso y denunciarán las prácticas del Sergas antes de la Inspección de Traballo si se recortan las condiciones laborales de las trabajadoras, que tienen que ser subrogadas por la nueva empresa adjudicataria. Quieren evitar así el precedente sufrido por los limpiadores de Linorsa en los centros médicos. El encargado de la limpieza, Grupo Norte-Limpisa, ya anunció que no cubrirá las vacaciones de las trabajadores durante este verano.